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Cinco interesantes direcciones para tomar vinos ‘diferentes’

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Entre la abundancia de establecimientos en torno al vino que van tomando las calles en varias de las principales ciudades españolas, son ya varios los que han optado por diferenciarse desde sus botelleros. Estamos ante la nueva era de los bares de vinos. Recomendables por la originalidad de su discurso, el repertorio que manejan y el mejor de los servicios que dispensan pues son grandes conocedores de la cosa líquida quienes están al frente. Luego, se trata de direcciones en las que las bodegas y vinos más conocidos por el gran público no son protagonistas principales. Porque estos locales están enfocados a la conquista del aficionado al vino, de un consumidor iniciado que cuando cruza la puerta quiere descubrir vinos o beber cosas que no encontraría en cualquier otro local de vinos o vinoteca.

Las aquí reunidas son un buen ejemplo, espacios en los que encontrar elaboraciones singulares y botelleros, algunos, en los que se apilan referencias con un nexo en común. Por ejemplo, los hay especializados en vinos espumosos, en un territorio o zona vinícola concreta, varios en vinos naturales, o los que están focalizados en la selección de etiquetas de pequeños productores… Temáticas para gustos diversos en locales con profesionales de la sumillería -en muchos casos- que han optado por independizarse para montar sus propios negocios y especializarlos en mayor o menor medida pero, en cualquier caso, huyendo del «sota, caballo y rey». Un planteamiento empresarial que anima a quien los visita a probar vinos más allá de lo que más les pueda sonar. También es verdad que la persona que viene por aquí tiene buena predisposición a dejarse llevar y descubrir, sin estar condicionado por marcas ni bodegas. Pero pasen y juzguen ustedes mismos…

Can Cisca/Bar Brutal.

Dirección: Calle Princesa, 14 (Barcelona)

Una de las direcciones más alternativas en la Ciudad Condal donde reúne unos 2.000 vinos y todos naturales «y libres», como ellos mismos añaden. Un espacio informal, con una imagen divertida, que aúna colmado, tienda de vinos, restaurante y barra de picoteo. La zona vinícola es Can Cisa comunicada con la zona Brutal por una barra de mármol donde picotear y tomar vinos o vermú. Un
lugar con enorme encanto, estilo rústico, ambiente canalla y un público de lo más variopinto que es capaz de esperar en la puerta a que abran… Se localiza en lo que fuera una antigua bodega de la que conservan grandes botas de vino a granel y un mostrador que traslada a otros tiempos. En la carta de vinos hay un número importante de etiquetas extranjeras.

Vino en Bar Brutal.

Tiempos Líquidos

Dirección: Calle San Gil, 5 (Burgos)

El pasado diciembre cumplía el primer año desde su apertura pero Laura Rodríguez y Diego González, sus propietarios y creadores, no han parado de recibir reconocimientos; el más reciente el premio que les han entregado la Academia Castellana y Leonesa de Gastronomía como «mejor local de vinos». Laura y Diego son dos jóvenes sumilleres pero con una relevante trayectoria pues han trabajado en importantes restaurantes de nuestro país, por lo que también han recibido diversos garladores además de ser en la actualidad dos de los profesionales de referencia de nuestro país. Una estupenda carta de presentación con la que ya han hecho de esta casa un lugar de visita obligada para todo aficionado al vino que pase por la capital burgalesa. Y es que manejan una bodega con casi 600 referencias que se van moviendo y con las que se puede viajar desde los territorios vecinos hasta esas zonas vinícolas que se encuentran al otro lado del Atlántico. Vinos de toda índole para cualquier tipo de cliente que Laura y Diego presentan y sirven de una manera cercana para que todo el que les visita disfrute sea más o menos conocedor. En esta casa no hay barra sino unas pocas mesas (el aforo no supera las 30 personas) en las que ofrecen una atención personalizada y pendiente del gusto de quien les visita. De su impresionante bodega, son entre 20-25 las etiquetas que sirven por copas y varían semanalmente (tintos, espumosos, rosados, blancos, generosos…). Y desde su recoleta cocina, una propuesta elaborada al momento basada en pinchos y raciones a partir del producto de cercanía.

Carta de Tiempos Líquidos.

Gorrión Wine Bar

Dirección: Calle Fabio Rufino, 6 (Cádiz)

En el conocido como barrio gaditano de El Pópulo, hace poco más de un año el sumiller Jonathan Cantero abrió este espacio vinícola, una taberna acogedora en la que recupera el espíritu de los tradicionales tabancos jerezanos desde el refinamiento y la actualización. Su nombre ya es toda una declaración de principios y es que «gorrión» hace referencia al tipo de vasos que se usa en Sanlúcar de Barrameda para tomar manzanilla. Además, en ese particular homenaje a la tradición disponen de seis grifos de vino cuyo contenido va rotando. A partir de aquí, ahora ya hablando de botellas, tienen en torno a 400 referencias de las que unas 180 se pueden pedir por copas y la mayoría son generosos. Para comer, de nuevo el estilo de las antiguas abacerías en papel de estraza donde salen chacinas, salazones, quesos… y oferta que completan con laterío premium. Luego, en función del día también tienen platos fuera de carta que en los meses de frío se traducen en algún guiso casero. En todo caso, la experiencia resulta sobresaliente con un picoteo frío y alguno de sus vinos por copas. Y si alguien quiere, también puede comprar botellas.

Vino y picoteo en Gorrión Wine Bar.

La Caníbal

Dirección: Calle Argumosa, 28 (Madrid)

Es ya una referencia en el barrio de Lavapiés, con un público fidelizado y que se encuentra puerta con puerta con uno de los clásicos del barrio, O Pazo do Lugo (la casa madre) –con quien comparte propiedad–, y en lo que a vinos respecta se asienta en el producto más artesano posible, es decir, de nuevo los vinos naturales y las cervezas también artesanas, principalmente. Por eso en su original
pizarra hablan de uvas y territorios que el cliente escoge y después se sirven desde grifos (sólo esos vinos naturales), más de quince y propuesta con la que se han ganado a muchos de sus clientes. No obstante tampoco falta una buena variedad de vinos embotellados, en concreto de 283 bodegas y una docena de países, de entre los que sirven por copas 24 que van cambiando periódicamente. Para acompañar, buena selección de quesos artesanos locales, empanadas, pulpo, embutidos, croquetas…

Grifos en La Caníbal.

Amontillado Wine Bar

Dirección: Calle Hermanos García Mercadal, Local, 5 (Zaragoza)

Amontillado, Zaragoza.

Sin duda alguna un local que merece atención por su apuesta en un territorio con vinos propios como es la región aragonesa. Pero en esta casa, situada en el barrio de La Romareda, los vinos generosos disfrutan de un papel muy protagonista, si bien en su oferta por copas y por botellas hay vinos de muy distintas procedencias, foráneas incluidas y por supuesto con un mimo extra a las elaboraciones de esta tierra y sus muchos vinos de garnacha. Por copas ofrecen cincuenta etiquetas que van rotando cada cierto tiempo pero en la bodega cuentan con 300 referencias de toda índole para tomar o comprar. La idea es de otros dos profesionales del sector, Natalia Martínez y Rubén Martín, una iniciativa que les ha dispensado también varios reconocimientos y dirección para descubrir y disfrutar con elaboraciones singulares de producciones limitadas. En la oferta gastronómica están el producto fresco de cercanía y la tradición aragonesa, con una carta apetecible que puede contentar a cualquiera.


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