El pastel de zanahoria ha ganado una gran popularidad en las celebraciones de cumpleaños, gracias a su esponjosa textura, su sabor ligeramente especiado y su irresistible cobertura de crema de queso. A pesar de ser la tarta tradicional de los países anglosajones, es habitual verla en la carta de los restaurantes españoles. Y es que su original sabor entre dulce y especiado, junto con la cremosidad de la cobertura de queso, la convierte en un verdadero éxito que dejará a todos los invitados pidiendo más
El secreto para que la tarta de zanahoria salga bien, no se encuentra tanto en la receta como en la calidad de sus ingredientes. Es imprescindible utilizar zanahorias frescas y de buena calidad, mezclar los ingredientes con suavidad para mantener la textura esponjosa del bizcocho, y asegurarse de que el bizcocho esté completamente frío antes de untar la crema de queso, para evitar que se derrita.
Receta de tarta de zanahoria
Ingredientes
La elaboración de la tarta de zanahoria se divide en dos partes bien diferenciadas, el bizcocho de zanahoria y la crema de queso. Para hacer el bizcocho de zanahoria que será la base de la tarta son necesarias: 300 gramos de zanahorias frescas, ralladas finamente, 250 gramos de azúcar moreno, 200 gramos de harina de trigo, 200 mililitros de aceite de girasol, cuatro huevos grandes, dos cucharaditas de canela en polvo, una cucharadita de nuez moscada en polvo, media cucharadita de jengibre en polvo (opcional), un sobre de 16 gramos de levadura química, media cucharadita de bicarbonato de sodio, una pizca de sal, 100 gramos de nueces picadas y 100 gramos de pasas.
Mientras que para el relleno y la cobertura de crema de queso es necesario emplear: 250 gramos de queso crema (tipo Philadelphia), 100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente, 200 gramos de azúcar glas y una cucharadita de esencia de vainilla.
Método de elaboración
1. Bizcocho de zanahoria
En primer lugar, se comienza precalentando el horno a 180°C con calor arriba y abajo. Hay que engrasar y enharinar un molde redondo de unos 22 a 24 centímetros de diámetro, o bien, cubre el fondo con papel de hornear para facilitar el desmoldado. Una vez preparado el horno, hay que coger un bol grande en el que se tamiza la harina junto con la levadura, el bicarbonato de sodio, la canela, la nuez moscada, el jengibre y la pizca de sal. Es importante tamizar los ingredientes antes de incorporarlos al bol para evitar la formación de grumos durante la elaboración de la masa del bizcocho.
Por otro lado, utilizamos otro bol para batir los huevos junto con el azúcar moreno hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea. Después, añade el aceite de girasol y sigue batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Y pon las zanahorias ralladas, las nueces y las pasas en la mezcla húmeda mientras remueves con una espátula. A continuación, incorpora los ingredientes que hemos tamizado en la masa, utilizando una espátula o una cuchara de madera, con movimientos envolventes. Pero evita removerlo en exceso, si no puede que el bizcocho quede duro.
Para finalizar con la preparación del bizcocho, vierte la masa en el molde previamente preparado y hornea durante 40 o 50 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. El tiempo de horneado puede variar según el tipo de horno, por lo que es recomendable revisarlo a partir de los 35 minutos. Una vez horneado, deja enfriar el bizcocho en el molde durante 10 minutos. Luego, desmóldalo y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
2. Crema de queso, montaje y decoración
Para la elaboración de la crema de queso, necesitarás un bol en el que se bate la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar glas hasta obtener una crema suave y esponjosa. Después se añaden el queso crema y la esencia de vainilla, y se continúa batiendo hasta que la mezcla se homogénea. Si la crema queda muy líquida, puedes refrigerarla durante unos 15 ó 20 minutos antes de usarla. Esto hará que podamos untarla sobre el bizcocho más fácilmente.
Para montar la tarta de zanahoria hay que cortar el bizcocho en dos o tres capas y rellenarlo con parte de la crema de queso. Después, se cubre toda la superficie del bizcocho con la crema de queso, utilizando una espátula para obtener un acabado uniforme. Puedes optar por decorarla con nueces picadas, zanahorias de fondant, mazapán, canela en polvo o incluso coco rallado por encima.