La tarta de chocolate húmeda es conocida como la reina de las tartas de chocolate, y es que a diferencia de otras tartas de chocolate destaca or su esponjosidad, la suavidad de su textura y su intenso sabor a chocolate. Además, combina la cremosidad y el amargor del chocolate en el mismo bocado, cosa que no sucede con otros postres que acostumbran a ser demasiado dulzones.
Sin embargo, la apariencia de la tarta de chocolate húmeda no es llamativa, ni especialmente bonita, como si sucede con otras tartas de chocolate que están perfectamente decoradas. Aunque eso no resulta un impedimento para que sea el final perfecto para una comida especial o una celebración de cumpleaños.
Origen de la tarta de chocolate húmeda
La historia de la tarta de chocolate está íntimamente ligada a la evolución de la cobertura de chocolate en la repostería. Aunque la receta exacta de la tarta de chocolate húmeda, tal como la conocemos hoy, es relativamente moderna, el uso del chocolate en en la pastelería se remonta a siglos atrás.
A partir del siglo XIX, con la popularización de las tabletas de chocolate sólidas, comenzaron a aparecer recetas que lo integraban como ingrediente principal. La creación de la tarta húmeda se atribuye a la necesidad de desarrollar postres más sofisticados, pero accesibles, que aprovechan la textura del chocolate fundido y el baño María para que quede esponjosa.
Receta de la tarta de chocolate húmeda
Ingredientes
Para hacer una tarta de chocolate húmeda básica para unas 8-10 personas, necesitarás los siguientes ingredientes:
Para la base: 225 gramos de chocolate negro (con un 50% de cacao), 140 gramos de mantequilla sin sal, cuatro huevos medianos, 40 gramos de harina, media cucharadita de levadura, 125 gramos de azúcar, media cucharadita de sal fina, y una cucharadita de esencia de vainilla.
Para la cobertura o ganache: 180 mililitros de nata para montar, 200 gramos de chocolate (minimo 50% de cacao), 20 gramos de mantequilla sin sal y sal en escamas para decorar.
Modo de elaboración
En primer lugar debemos preparar el molde. Para ello, utiliza un molde desmontable de unos 20 centímetros de diámetro. Tienes que engrasarlo con mantequilla y coloca un papel de horno en la base.
Después, envuelve el exterior del molde con papel de aluminio para evitar que entre agua durante la cocción al baño María. Y precalienta el horno a 220ºC, con calor arriba y abajo.
A continuación, derrite el chocolate y la mantequilla en un cazo, remueve constantemente para evitar que se queme. Mientras tanto, en un bol separa las claras de las yemas, y bate las yemas con 42 gramos de azúcar hasta que tripliquen su volumen y el azúcar no blanquee.
Luego hay que montar las claras a punto de nieve. Cuando las claras comiencen aumentar de volumen, ha llegado el momento de agregar el azúcar restante y continuar montando las claras.
Una vez preparados todos los ingredientes, hay que añadir la mezcla de las yemas, el azúcar y la esencia de vainilla al chocolate fundido con la mantequilla. Y mezcla todo hasta que quede bien integrado.
Entonces, incorpora las claras y mueve la varilla de arriba abajo con movimientos envolventes hasta que la mezcla sea homogénea. Por último, tamiza la harina y la levadura y añádelas, removiendo de nuevo con movimientos envolventes hasta que desaparezcan.
Para terminar, tienes que meter la tarta al horno durante 35 minutos hasta que la superficie esté seca. Cuando ésta esté completamente fría, procede a preparar la cobertura o ganache de chocolate. Para ello tendrás que comenzar calentando la nata líquida para montar en un cazo.
También hay que trocear el chocolate con la mantequilla en otro bol aparte. Cuando la nata esté caliente, incorpórala a este bol y remueve constantemente hasta que todo se derrita.
Después, cubre el bol con papel transparente y deja que enfríe en la nevera. Cuando saques la cobertura o ganache, extiéndela sobre la tarta y decora con sal en escamas.
Acompañamientos
La tarta de chocolate húmeda es un postre versátil que puedes acompañar con otros alimentos para realzar aún más su sabor. Como la nata montada, ya que su suavidad y ligereza contrastan perfectamente con la intensidad del chocolate.
O el helado de vainilla, puesto que la combinación de temperaturas (el frío del helado y el templado de la tarta) lo convierte en un buen maridaje.
Con frutas como las fresas, las frambuesas o una compota de frutos rojos aportará frescura y acidez, para restar dulzor al chocolate de la tarta.
También una taza de café fuerte o un té negro son el complemento ideal para disfrutar de nuestra porción de tarta de chocolate húmeda.