Con una historia que se remonta a la época romana, Palma de Mallorca ha sido moldeada por diversas civilizaciones, dejando una huella imborrable en su arquitectura y tradiciones. La ciudad amurallada, con su catedral gótica y su palacio real de la Almudaina, es un testimonio del pasado árabe y medieval. Hoy en día, Palma es un crisol de culturas, donde conviven mallorquines, extranjeros y turistas, creando un ambiente cosmopolita y lleno de vida.
¿Qué no te puedes perder en Palma?
Catedral de Santa María
- La joya de la corona de Palma es, sin duda, su catedral gótica. Conocida como La Seu, esta impresionante construcción es una obra maestra de la arquitectura medieval. Destaca por su rosetón, uno de los más grandes del mundo, y por su espectacular vidriera.
Palacio Real de la Almudaina
- Esta antigua fortaleza árabe, reconvertida en palacio real, es un lugar cargado de historia. Sus salas y patios te transportarán a otras épocas, y podrás admirar su rica decoración y sus vistas panorámicas de la ciudad.
Castillo de Bellver
- Ubicado en una colina, este castillo circular del siglo XIV ofrece unas vistas espectaculares de Palma y su bahía. Su diseño único y su entorno natural lo convierten en un lugar ideal para disfrutar de un paseo tranquilo y contemplar el paisaje.
El Paseo Marítimo
- Un paseo por el Paseo Marítimo es imprescindible para sentir el pulso de la ciudad. Podrás disfrutar de las vistas al mar, alquilar una bicicleta, tomar algo en una terraza o simplemente relajarte en la playa.
El casco antiguo
- Perderse por las estrechas calles del casco antiguo es una experiencia mágica. Aquí encontrarás palacios, iglesias, plazas y tiendas con encanto. No te pierdas la Plaza Mayor, la Plaza de Cort o el barrio judío.
- Este antiguo huerto real es hoy en día un parque público ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza. Sus jardines, estanques y fuentes lo convierten en un oasis de paz en el corazón de la ciudad.
La Lonja
- Este edificio gótico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una obra maestra de la arquitectura civil. Su interior, con sus columnas retorcidas y sus bóvedas de crucería, te dejará sin palabras.
Orígenes y Época Romana
Aunque se han encontrado vestigios de asentamientos humanos anteriores, la historia documentada de Palma comienza con los romanos. En el año 123 a.C., fundaron la ciudad con el nombre de Palma, aprovechando su estratégica ubicación en la costa. Durante la dominación romana, Palma se convirtió en un importante centro comercial y administrativo.
En el siglo IX, los árabes conquistaron la isla y renombraron la ciudad como Medina Mayurqa. Bajo el dominio árabe, Palma experimentó un gran crecimiento y se convirtió en una ciudad cosmopolita y próspera. Se construyeron mezquitas, baños árabes y fortalezas, dejando una huella imborrable en el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Conquista Cristiana y Reino de Mallorca
En 1229, Jaime I de Aragón conquistó la isla y estableció el Reino de Mallorca. Palma se convirtió en su capital y comenzó un nuevo capítulo en su historia. Durante este periodo, se construyeron numerosos edificios góticos, como la Catedral de Santa María y el Palacio Real de la Almudaina.
Integración en la Corona de Aragón
En 1279, el Reino de Mallorca fue incorporado a la Corona de Aragón, perdiendo su independencia. Sin embargo, Palma continuó siendo una ciudad importante y próspera. Durante los siglos siguientes, la ciudad experimentó un crecimiento económico y cultural, gracias a su actividad comercial y marítima.
Siglo XX y Presente
A lo largo del siglo XX, Palma se convirtió en un importante destino turístico, gracias a sus hermosas playas y su clima mediterráneo. Sin embargo, la ciudad ha sabido conservar su patrimonio histórico y cultural, ofreciendo a los visitantes una combinación única de tradición y modernidad.
Playas cerca de Palma
- Cala Mayor: una de las más populares, con aguas cristalinas y un paseo marítimo animado.
- Cala Blava: una pequeña cala de aguas turquesas y arena blanca, ideal para relajarse.
- Illetas: un conjunto de pequeñas calas con aguas tranquilas y un ambiente más exclusivo.
- Cala Comtessa: una cala escondida entre acantilados, perfecta para aquellos que buscan tranquilidad.
La gastronomía mallorquina
La gastronomía mallorquina es una delicia para los sentidos. Desde platos contundentes como el frito mallorquín y el tumbet, hasta la suave ensaimada como postre, la cocina de la isla combina sabores intensos y tradicionales. El pa amb oli es un clásico imprescindible, mientras que el arrós brut y la sopa mallorquina son opciones perfectas para un día frío. Para acompañar, el vino mallorquín y las hierbas son una elección perfecta. No olvides probar los embutidos locales, como la sobrasada, y los quesos, como el robiol.