Las calabazas rellenas con carne y setas son una opción culinaria que combina la dulzura natural de la calabaza con la intensidad de la carne y el aroma inconfundible de las setas. Este plato no solo es visualmente atractivo, sino que también ofrece una explosión de sabores que lo convierte en una elección ideal para diversas ocasiones.
Además de estar muy buenas, las calabazas rellenas son prácticas para llevar a la oficina. Su presentación individual facilita el transporte y el consumo, permitiendo disfrutar de una comida casera y nutritiva en el entorno laboral. Prepararlas con anticipación y calentarlas en el momento garantiza una experiencia gastronómica reconfortante durante la jornada.

Receta de las calabazas rellenas de carne y setas
Ingredientes
- 4 calabazas
- 2 cebollas
- 600 gramos de carne picada
- 2 pimientos verdes
- 1 pimiento rojo
- 300 gramos de setas
- 4 cucharadas de tomate frito
- 1 chorrito de vino blanco
- 1 pizca de queso rallado
- aceite de oliva
- sal
- pimienta
- ajo en polvo
Elaboración paso a paso
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Asar las calabazas durante 25 minutos.
- Sofreír las verduras con las setas.
- Cocinar la carne.
- Añadir el tomate frito.
- Rellenar las calabazas.
- Gratinar durante dos minutos.
Sofreír las setas
Precalienta el horno a 180°C. Lava las calabazas y corta la parte superior, creando una tapa. Retira las semillas y parte de la pulpa, dejando suficiente para que mantengan su forma. Coloca las calabazas y sus tapas en una bandeja de horno, rocíalas con aceite de oliva y sazona con sal y pimienta. Hornea durante 25 minutos hasta que estén tiernas.
Mientras las calabazas se hornean, pica finamente las cebollas, los pimientos y las setas. En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y sofríe la cebolla hasta que esté transparente. Añade los pimientos y cocina hasta que estén tiernos. Incorpora las setas y cocina hasta que liberen su agua y estén doradas.
Agrega la carne picada a la sartén y cocina hasta que esté bien dorada. Sazona con sal, pimienta y ajo en polvo al gusto. Vierte un chorrito de vino blanco y deja que se evapore el alcohol. Añade el tomate frito y mezcla bien. Cocina a fuego lento durante unos minutos para que los sabores se integren.
Saca las calabazas del horno y rellénalas con la mezcla de carne y verduras. Espolvorea queso rallado por encima y coloca las tapas de las calabazas. Vuelve a introducirlas en el horno y gratina durante unos minutos hasta que el queso esté dorado y derretido.

Consejos
Opta por calabazas de tamaño pequeño o mediano para facilitar el relleno y la porción individual. Puedes utilizar carne de cerdo, ternera, pollo o incluso una mezcla de ellas. Para una versión vegetariana, sustituye la carne por legumbres cocidas como lentejas o garbanzos.
Aprovecha las setas de temporada, si no están disponibles, los champiñones frescos, setas congeladas o deshidratadas son buenas alternativas. Personaliza el sabor añadiendo tus especias y hierbas favoritas. Un toque de guindilla o pimentón picante puede aportar un agradable picor.
Si prefieres un relleno más cremoso, añade un poco de nata o crema fresca. Para una receta más completa, incorpora pan rallado o arroz cocido. El parmesano y el cheddar son opciones clásicas, pero quesos como el gouda o el manchego también funcionan bien.
Cómo mejorar la receta
Incorpora nueces, almendras o piñones tostados al relleno para añadir una textura crujiente. Unas pasas o dátiles picados pueden aportar un contraste dulce que equilibra los sabores salados del plato. Al finalizar la cocción, espolvorea hierbas frescas como perejil, cilantro o cebollino para dar un toque de frescor.
Acompaña las calabazas rellenas con una salsa de tomate casera o una salsa de yogur con hierbas para enriquecer aún más el plato. Para una presentación más elegante, sirve las calabazas sobre una cama de puré de patatas o de coliflor, añadiendo color y sabor al conjunto.
Las calabazas rellenas con carne y setas son una opción versátil y deliciosa que se adapta tanto a comidas en casa como para llevar a la oficina. Su preparación es sencilla y permite múltiples variaciones según los ingredientes disponibles y las preferencias personales. Además, su presentación individual las hace prácticas y atractivas, garantizando una comida nutritiva y sabrosa.